La escuela Parroquial San José (1909 - 2010)

Todo comenzó un lejano mes de marzo de 1909 cuando las Hermanas Misioneras Siervas del Espíritu Santo tuvieron la feliz idea de crear una escuela; protegida por el patrono del pueblo "San José" e iluminada por la fuerza del Espíritu Santo.
La escuela fue reconocida el 9 de septiembre de 1961 y es subvencionada a partir de marzo de 1971.

El Padre Scharle supo llevar a término la construcción y el equipamiento de la "Escuela Parroquial San José".
El sacerdote fue el primer director del establecimiento, en sus comienzos la misma funcionaba a lado de la Iglesia, lo que hoy es el salón parroquial.
Luego se sucedieron en la dirección de la misma varias religiosas hasta 1987, siendo la última directora religiosa la Hermana Rosa Felice.
A partir de 1987 fueron directoras laicas: Eva Günther, Olga Grünewald, Susana Hoffmann y Susana Christiani.
En los primeros años las religiosas eran las encargadas de impartir la enseñanza a los niños y jóvenes de la comunidad, con la ayuda del sacerdote que estaba como párroco en la comunidad.
Las maestras laicas comenzaron a trabajar en la institución a partir de 1956, en la actualidad todo el personal es laico.

domingo, octubre 30

Virgen de Schoenstatt

En 1906 José Kentenich ingresó a la comunidad de los Padres Palotinos, siendo ordenado sacerdote en 1910. Dos años después, le fue encomendado el cargo de director espiritual de los alumnos del seminario menor de los Padres Palotinos. Como educador desarrollo una fecunda labor con ellos, labor que culminó el 18 de octubre de 1914 con la «Alianza de Amor» con la Virgen María en el Santuario de Schoenstatt (Alemania), pidiéndole a Ella que se estableciese espiritualmente en el Santuario y lo convirtiese en un lugar de peregrinación. Este acontecimiento constituye la fundación del Movimiento de Schoenstatt. A partir de allí consagró toda su vida a la Familia de Schoenstatt en todo el mundo.
El Padre José Kentenich sufrió dos grandes pruebas en su vida de Fundador. Primero el Nazismo, lo confinó tres años y medio en el campo de concentración de Dachau. La segunda gran prueba vino de parte de la misma Iglesia. El Santo Oficio lo separó de su Obra y lo relegó por catorce años a Milwaukee, en Estados Unidos. Esto no debe extrañarnos si consideramos la suerte de los fundadores a lo largo de la historia de la Iglesia. Son pruebas que Dios permite a fin de purificar la fe y la entrega de sus instrumentos y hacerlos fecundos en el orden de la gracia, que brota de la cruz.
La rehabilitación se produjo al término del Concilio Vaticano II, la nueva visión de la Iglesia permitió reconsiderar su caso y restituirlo a la Familia de Schoenstatt. En 1965, Pablo VI le otorga plena libertad y, más tarde, Juan Pablo II destaca su personalidad dentro de la Iglesia y avala plenamente su carisma como fundador del Movimiento de Schoenstatt. Falleció el 15 de septiembre de 1968, dejando como herencia una Obra de dimensiones universales.
El Movimiento de Schoenstatt tiene actualmente presencia en varios países, además de Alemania, principalmente en Sudamérica, India y Africa. Varios grupos se han formado dentro del movimiento, desde movimientos laicos hasta órdenes religiosas. Agrupando a las personas que pertenencen a cada uno de estos grupos sus seguidores podrían aproximarse al millón de personas. Al año 2006, existen 190 santuarios alrededor de todo el mundo.