La Hermana Rosa S.Sp.S. fue una de las la última religiosa como directora (1984) del establecimiento allá por 1999 nos escribía:
“Aprovecho hoy esta oportunidad de expresarles mis queridas Docentes, de ayer, hoy y mañana mis más asombrosas ¡Felicitaciones! Por sus excelentes virtudes, que continuamente les impulsa con toda la fuerza, con amor y entrega en su sublime vocación docente, con distinguido celo apostólico y misionero, hasta lo heroico, la construcción de un aula nuevo. ¡Qué maravilloso y que valioso regalo para la Escuela, en sus “Noventa Cumpleaños”! ¡Qué alegría y emoción! Hoy Jesús también dirá a todo el personal Directivo y Docente; “TODO LO QUE HACEIS A ESTOS MIS PEQUEÑOS; A MI LO HICISTEIS”.
Y yo les digo: querido personal directivo y docente, ustedes son, como Maestras Cristianas, los Lugartenientes de Dios, Embajadores y Misioneras de Jesucristo, Plumas del Espíritu Santo, Dramaturgos, Apóstoles, Angeles Custodios, Padre y Madres espirituales, Precursores de Cristo, Profetas, Sacerdotes y Edificadores de la Iglesia.
Y que elogios más les puedo agregar; que son pregoneras y sembradoras de la ciencia, de la sabiduría, de la paz, de la alegría y del amor de Dios. Un testimonio vivo de amor y entrega para las generaciones presentes y futuras.
¡Felicitaciones y aplausos sonoros que resuenan hasta el cielo! Dichosas y privilegiadas, amadas y bendecidas por nuestro Buen Padre Dios.
Todo pasará, pero el amor que han brindado a los niños y jóvenes, jamás pasará. Todo camino alcanza una meta. La docencia es una tarea en el camino. Cuando hayamos alcanzado la meta no habrá docente ni alumnos, no habrá sabios e ignorantes. Todos seremos hermanos y todo lo sembrado y recogido en el camino, SOLO PERMANECE EL AMO. ¡Dios sólo basta! DIOS ES AMOR:
¡Adelante, siempre con nuevo ánimo y esperanza! Dios mismo será vuestra recompensa.”