La escuela Parroquial San José (1909 - 2010)

Todo comenzó un lejano mes de marzo de 1909 cuando las Hermanas Misioneras Siervas del Espíritu Santo tuvieron la feliz idea de crear una escuela; protegida por el patrono del pueblo "San José" e iluminada por la fuerza del Espíritu Santo.
La escuela fue reconocida el 9 de septiembre de 1961 y es subvencionada a partir de marzo de 1971.

El Padre Scharle supo llevar a término la construcción y el equipamiento de la "Escuela Parroquial San José".
El sacerdote fue el primer director del establecimiento, en sus comienzos la misma funcionaba a lado de la Iglesia, lo que hoy es el salón parroquial.
Luego se sucedieron en la dirección de la misma varias religiosas hasta 1987, siendo la última directora religiosa la Hermana Rosa Felice.
A partir de 1987 fueron directoras laicas: Eva Günther, Olga Grünewald, Susana Hoffmann y Susana Christiani.
En los primeros años las religiosas eran las encargadas de impartir la enseñanza a los niños y jóvenes de la comunidad, con la ayuda del sacerdote que estaba como párroco en la comunidad.
Las maestras laicas comenzaron a trabajar en la institución a partir de 1956, en la actualidad todo el personal es laico.

viernes, diciembre 16

A los Egresados

PALABRAS  DE  DESPEDIDA  A  LOS  EGRESADOS


Queridos egresados y egresadas:

Estos momentos, en los que sentimos que algo queda atrás, nos hacen tomar conciencia de que la vida es un largo sendero, con puertas que se cierran precisamente para  dar paso a instancias nuevas.
Hoy un ciclo de sus vidas culmina, el paso por la Educación Primaria llega a su fin…
Hace tan sólo unos años atrás, pequeños y llenos de miedo y de expectativas, llegaron a esta escuela y empezaron a transitar nuestras aulas. Y así fuimos compartiendo aprendizajes, diálogos, lecturas, anécdotas, risas y juegos…
Hoy sus sonrisas son las mismas de aquel entonces, pero… ¡su interior ha cambiado! Sus corazones y sus mentes se han llenado de nuevos conocimientos, de experiencias y de sentimientos forjados en cada momento de convivencia.
Han crecido… pero no sólo en edad o mayor estatura, sino como personas, en actitudes que hacen a la dignidad de cada uno. Crecer implica justamente eso: aprender, decidir, usar la libertad y participar. Por eso estamos en condiciones de decir que han crecido, habiendo fortalecido sus formas de ser en el trabajo diario y en el esfuerzo compartido con los compañeros, con los docentes y toda la comunidad en general.
Aprendieron que los seres humanos no somos islas; que nos necesitamos para crecer y realizarnos; y que son el trabajo, la cooperación, la humildad, la solidaridad, el amor, la Fe  y el esfuerzo los pilares de ustedes como personas.
Desde nuestro lugar, hemos intentado darles las competencias necesarias para desenvolverse en un mundo cada vez más exigente y desafiante.
Ahora les corresponde a ustedes trabajar mucho y sin cansancio para alcanzar los objetivos propuestos…
No se aparten de sus sueños y luchen por cumplirlos…
Por ello, trabajen, estudien, vivan poniendo lo mejor de cada uno, comprometiéndose con lo que hacen y con las personas que los rodean. De esta manera se sentirán plenos y, sobre todo, serán felices. Busquen permanentemente la felicidad, sin olvidar la de los demás…
Ahora que llegó el momento de despedirlos, queremos que sepan que sus rostros y sus sonrisas han quedado grabados en nuestros corazones, con la marca de la alegría y del cariño.
Y sepan también que aquí encontrarán siempre una mano tendida, dispuesta a ayudarlos. Nuestro mejores deseos para ustedes y que cada uno encuentre en la vida aquello que lo haga feliz.
     

  ¡HASTA SIEMPRE, EGRESADOS!